Este espacio está dirigido a los estudiantes del sub-proyecto, como guía práctica para su estudio independiente y aprendizaje colaborativo.
ORIGENES UNIVERSALES DE LA MEDICINA VETERINARIA
Al
remontarnos a los inicios de la historia de la medicina veterinaria, no
podemos
omitir el nombre de Aristóteles, que en su extensa obra sobre
historia
natural dejó plasmados importantes conceptos sobre patologías
inherentes
a los animales.
Estos
conocimientos, consultados y ampliados por varios autores, dieron
orígen
a los primeros tratados sobre la medicina y la zootecnia de los animales. En el
caso de los escritores latinos sobresale “Catón el viejo”
(234
– 149 a.C.) en su escrito De re rustica y Varrón (116 – 27 a.C.) autor de tres libros de agricultura Rerum
rusticarum libri III.
A
finales del siglo primero, Lucio Julio Columela, en su obra Los doce
libros de agricultura, utilizó por primera vez el término
veterinario para definir
al pastor que cura las enfermedades de los animales (Egaña, 1941).
Si bien los pastores ancestrales se dedicaron al tratamiento de enfermedades de los ganados, y en especial
de los ovinos y bovinos, arte reconocido como buiátrica o buiatría, el
mayor avance se logró con los estudios realizados para curar enfermedades de
los caballos, por razón de la importancia fundamental de estos animales como
medio de transporte y por su fortaleza y su valor en los ejércitos que los
destinaban a las guerras y a las conquistas, conformando con ellos las
divisiones de caballería.
Fue
así como surgió La hipoátrica, campo donde, hasta hace unos años, se
investigó y se enseñó con
mayor intensidad la veterinaria. Llama la atención, que mientras el caballo
desaparece de América - su lugar de origen, según lo confirman estudios de
fósiles de ejemplares que vivieron
en este continente hace más de 60 millones de años -, persiste al servicio del
hombre en Europa, desde donde regresó nuevamente a tierras americanas con los conquistadores
españoles.
El
acervo de los griegos y los romanos sobre La hipiátrica fue trasladado a
los pueblos bizantinos, al declinar la civilización latina. De Bizancio, la
Ciencia
hipiátrica pasó al Asia Menor y al Norte de África hasta llegar a los pueblos
musulmanes que hicieron notables aportes a la ciencia veterinaria.
ESPAÑA, PUNTO DE PARTIDA PARA EL CONTINENTE AMERICANO
Con
la invasión de los moros a la Península Ibérica, llegaron valiosos conocimientos
sobre la medicina de los equinos, y, con ellos, el término albeitería para
definir el arte de curar los animales. A su turno, se denominó albéitar al
profesional dedicado a la práctica veterinaria, denominación que aún subsiste y
que fue consignada en la obra Las Partidas del
Rey Alfonso X “El Sabio” (Siglo XIII).
La
importancia de los caballos se hizo más evidente en el medioevo debido
especialmente a los nobles que al recibir el rango de caballeros, debían tener
un acervo de conocimientos especiales, para cuidar los animales y curarles las
heridas y otros males, según se relata en la obra
mencionada.
Una
vez expulsados los moros de España, los Reyes Católicos en sus nuevos dominios
reglamentaron e instauraron el Protoalbeiterato, tribunal conformado por
maestros de la herrería quienes adiestraban a los aspirantes hasta lograr
impartirles los conocimientos que le permitieran optar al título de Albéitar y
obtener la autorización para ejercer en forma independiente.
La
albeitería se entendió como un arte y, por lo tanto, no tuvo acceso a las
universidades que solo se ocupaban de profesiones como el derecho, la medicina
y las humanidades.
Por
tal razón, la albeitería se orientó básicamente al herraje y al cuidado de los
aplomos de los equinos, con menoscabo de los conocimientos científicos
acumulados por los griegos y por lo romanos durante siglos sobre la disciplina
hipiátrica.
El
tribunal de Protoalbeiterato funcionó durante tres siglos hasta la creación de
la primera escuela veterinaria en España en 1793, época en la que se introdujo
la palabra veterinario y donde finalizó
la práctica de la abeitaría, después de sortear serias dificultades con dicho
gremio.
En
un hecho que con los conquistadores españoles llegaron al Continente Americano los equinos y otras
especies domésticas, y con ellos los conocimientos
de los albéitares.
Los
animales, con excepción de los equinos, eran embarcados y mantenidos vivos con el objetivo de alimentar
la tripulación durante el viaje. Los que permanecían vivos al final de la
travesía eran desembarcados en los territorios recién descubiertos.
Detrás
de los conquistadores y de los aventureros de todas la calañas, llegaron
también gentes laboriosas que colonizaron y poblaron el territorio, implantaron
las técnicas hispánicas y trajeron herramientas y animales domésticos.
El
arribo de los equinos y los bovinos al Continente Americano, representó un
cambio radical en el sistema productivo colonial, especialmente en el transporte
y como fuente de alimentos, no así en las labores agrícolas.
PRIMERAS ESCUELAS EUROPEAS
El
1761 se fundó y se puso en funcionamiento la Escuela Real de Veterinaria de
Lyon, la primera institución educativa en esta especialidad en el mundo. Este
hecho cristalizó la iniciativa de Claude Bourgelat presentada a Jean Baptista -
encargado por el Gobierno del Rey para los asuntos de la agricultura-.
Luego
se fundaron otras escuelas como la Real de Alfort (1776), la de Tolousse (1825)
y la de Nantes.
La
hegemonía de las enseñanza de la medicina veterinaria en Francia, se sustentaba
en la investigación avanzada para la época, por parte de los sabios y
estudiosos en campos como las causas de enfermedades, fenómenos biológicos, al
tiempo que se nutría con el avance las las ciencias médicas humanas dado el
gran número de experimentos que se realizaban con las especies animales,
situación que originó escuelas dedicadas al estudio de la morfofisiología y de
la patología comparada.
Posterior
a la creación de las escuelas francesas de veterinaria siguieron las demás en
el resto de Europa, destacándose las de Turín (1769), Copenhague (1773), Viena
(1775), Dresde (1776), Hannover (1778), Budapest (1787), Berlín y Munich
(1790), Londres (1792) y Madrid (1793).
PRIMERAS ESCUELAS AMERICANAS
Una
de las primeras escuelas de Veterinaria fundadas en territorio americano fue la
de Nueva York (1846), seguida por la de Boston (1883)
Entre
las primeras de Latinoamérica se encuentra la Escuela Nacional de
Veterinaria
(1884) de Bogotá, que actualmente es la Facultad de Medicina Veterinaria de la
Universidad Nacional de Colombia. Posteriormente en 1907, se fundó la Escuela
Libre de Medicina Veterinaria de la Habana, actualmente Facultad de Medicina
Veterinaria.
Así,
con base en el conocimiento y el arte acumulados por siglos en diferentes
culturas y regiones, surgió la Ciencia Veterinaria
que integró la experiencia y sabiduría ancestrales de pastores, curanderos,
guerreros, cazadores y chamanes, con los saberes en medicina veterinaria de los
griegos, romanos, bizantinos y musulmanes, a quienes siguieron los albéitares,
los maestros, herreros y mariscales.
Este
esfuerzo se consolidó y se sigue expandiendo con el aporte paciente y
productivo de los investigadores